Cabe decir que las personas se obsesionan con el consumismo y, es más, cuando se trata de nuevas tecnologías. Las cosas que compramos y que después desechamos pasan por distintas fases: extracción, producción, distribución, consumo y descarte. A esto se le llama economía de materiales. No obstante, este sistema de economía está en crisis porque se trata de un sistema lineal y porque vivimos en un planeta limitado.
En la vida real este sistema interactúa con sociedades, culturales, económicas, y es fundamental, con el medio ambiente.
En todo el sistema es considerable tener en cuenta a las personas que trabajan en dicho sistema, que son por otra parte, de gran importancia, como el Gobierno y las Corporaciones.
Algunos países como EE.UU confirman que para mejorar la economía es imprescindible destinar en bienes de consumo, antes que en educación, sanidad, transporte seguro, justicia..., y para ello, sugieren 2 métodos:
a) Obsolencia planificada, es decir, diseñar cosas para que sean desechables lo más rápido posible.
b) Obsolencia percibida, es decir, inducir a las personas para que tiren cosas que todavía son de utilidad, así mejoran la apariencia de las cosas haciéndolas más modernas
b) Obsolencia percibida, es decir, inducir a las personas para que tiren cosas que todavía son de utilidad, así mejoran la apariencia de las cosas haciéndolas más modernas
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